Por Cristina Flores Desales
“Tuve la oportunidad de estudiar cualquier profesión que yo hubiera querido, pero me decidí por la danza ya que, desde que la conocí hasta la fecha, ha sido mi mayor pasión, el motor de mi vida y la fuerza que me empuja a seguir adelante para dar lo mejor a mis alumnos ”.
Antes que nada quiero iniciar mi historia recordando a mi abuelita materna Doña Josefina Rodríguez Chávez (Doña Jose), una mujer muy trabajadora que quizás la mayoría de la gente de Chapala la recuerde por haber vendido los mejores tacos de cabeza de la época, siempre apoyada por mi abuelito Ramón.
Mis padres, Evelia Terríquez Rodríguez y Mario Zamudio Cerda tuvieron dos hijas: yo y mi hermana Jimena, quien estudió la Licenciatura en Informática y actualmente trabaja para la empresa IBM.
Mi mamá Evelia trabajó diez y seis años como secretaria en la primera oficina de turismo que hubo en Chapala, de ahí fue secretaria en el Fraccionamiento “Los Colonos Chula Vista” (uno de los primeros fraccionamientos que hubo en el municipio), para después seguir con el negocio propio de venta de hilos y acrilanes que mantiene desde hace 43 años.
Allá por los años 70’s, en Chapala era muy común que las mamás inscribieran a sus hijas en clases de danza y pintura, que eran las únicas disciplinas artísticas que se ofertaban en nuestra comunidad.
Mi mamá decidió inscribirme en el taller de Ballet clásico que impartía la maestra Fanny, quien periódicamente presentaba un espectáculo en donde las niñas demostrábamos todo lo aprendido.
Desde los seis hasta los catorce años, mientras estuve en primaria y parte de secundaria, me mantuve en la academia de ballet clásico, para después a los quince años integrarme al grupo del ballet folclórico del maestro Raúl Valdez Pulido, personaje precedido de una gran reputación ya que había sido integrante del Ballet Folclórico de Amalia Hernández y del Ballet de la Universidad de Guadalajara.
Durante la preparatoria seguí en el grupo del maestro Raúl a quien le debo el inculcarme el amor por nuestro folclor, con él ganamos varias veces la preciada presea “Rafael Zamarripa” que es otorgada al mejor ballet folclórico de Jalisco.
De esa época recuerdo con cariño a mis compañeros Gustavo Rivera, Carlos Rayo, Monserrat Terríquez, las hermanas Von Duben, Pepe y David Rivera, entre otros.
Debo reconocer que mi promedio escolar era muy bueno, así que con confianza hubiera podido aspirar a cualquier otra carrera, pero mi decisión ya estaba tomada y sin vacilar al terminar la prepa me inscribí en la Licenciatura de Artes Escénicas de la UdeG (1999-2001).
Esporádicamente aun cursando la carrera, venía a Chapala a bailar con el ballet del maestro Raúl y para apoyarlo impartiendo clases a sus alumnos en el periodo en el que enfermó y que desgraciadamente murió.
Por mi dedicación y con el apoyo del maestro Ismael García Ávila, entré a trabajar como maestra en el CEDART (Centro de Educación Artística, del INBA), en donde desde hace veinte años y hasta la fecha sigo impartiendo clases de Profesional Media en Danza Folclórica.
También mientras cursaba mi carrera en la Universidad inicié a dar clases de danza a niños en la sala de mi casa en Chapala y al mismo tiempo entré a formar parte del Ballet Folclórico de Guadalajara.
Tiempo después la activista Victoria Corona me invitó a formar el ballet folclórico de San Antonio Tlayacapan.
Durante la administración del ex presidente Gerardo Degollado, su Director de Cultura Sergio Unzueta Flores, me invitó a formar el Ballet Folclórico del H. Ayuntamiento de Chapala, grupo que hasta la fecha mantengo después de 20 años.
A mí me gustaría que las autoridades de cualquier color y partido siempre apoyaran al grupo y entendieran que nuestro ballet además de representar dignamente a nuestro municipio, es un grupo en donde los muchachos se alejan de los vicios, se vuelven disciplinados y se sensibilizan hacia las artes. Varios de mis alumnos decidieron profesionalizarse y ahora están estudiando la licenciatura.
Durante mi vida de docente de la danza me he preocupado por actualizarme asistiendo a infinidad de diplomados, cursos y talleres en donde sigo aprendiendo con la finalidad de enseñar a mis alumnos lo mejor posible.
Hice una maestría en Educación y soy miembro del Instituto de Investigación y Difusión de la Danza Mexicana, instituto que este año está cumpliendo cincuenta años de haber sido formado.
Actualmente soy maestra de la Licenciatura en Artes Escénicas en la Universidad de Guadalajara, tengo el ballet del H. Ayuntamiento de Chapala , también imparto clases de danza folclórica a 100 jóvenes en la Preparatoria Regional de Chapala y soy integrante del Ballet Folclórico “Sol de Jalisco” formado la mayoría por maestros de arte.
A lo largo de mi carrera muchos han sido los personajes que recuerdo con gran cariño y admiración. Agradezco de corazón su amistad y apoyo a los maestros: Fanny, Raúl Valdez Pulido, Ismael García Ávila, Guillermo Hernández y Hernández, Ignacio García, Gaby Vega y Abraham Aldana, entre otros.
De no haberme dedicado a la danza hubiera estudiado Música ya que aparte de que provengo de familia de músicos, es una disciplina que me gusta mucho. Otro de mis hobbies es viajar ya que por medio de la danza he conocido Europa, Cuba, España, Estados Unidos, Canadá y la República Mexicana.
Por este medio invito a los padres de familia que apoyen a sus hijos que quieran cursar cualquier carrera enfocada al arte.
Atrás quedaron los tiempos en que los papás les pedían a sus hijos que estudiaran otras carreras, menos las de arte, ya que según sus palabras, -si estudias arte te vas a morir de hambre-. “El arte rescata, empodera y sensibiliza”.