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El hombre que detuvo el tiempo en Chapala


Javier Raygoza Munguía

“El miércoles 13 de diciembre de 1995, cerca de las siete y media de la noche, dejó de sufrir Don Jesús González Miranda. “El Chorchas”. Dio sus últimos suspiros acompañado de su esposa y de sus dos hijas y su hijo Jesús”
(PÁGINA Que sí se lee! 18 de diciembre de 1995 Edición No. 49)

Muchas de las fotos de aquel Chapala que muchos añoran, que suben a las redes sociales y hasta les ponen su sello como propias, fueron tomadas por Don Jesús González Miranda “El Chorchas”, un personaje que algunos conocimos ya grande de edad y que formaba parte del paisaje del malecón de Chapala y del entonces Beer Garden y Mirador.


Las fotos de atardeceres, de lanchas, de turistas posando en el faro, de grupos de mariachieros, de festivales del kínder donde muchos abuelos de ahora eran maripositas, duendes, abejitas, monos de nieve y posaban muy serios acompañados de las guapas maestras, eran tomadas y reveladas por este personaje.


El mito dice que Don Jesús nació en Cuquío, Jalisco el 17 de enero de 1898 y que sus primeros años los vivió en la ciudad de Guadalajara y su primer oficio, de muchos que tuvo, fue el de peluquero allá por la calle de Juan Álvarez.


Su estancia en la Guadalajara de aquellos años le dio la oportunidad de aficionarse al teatro de revista y hasta llegó a participar como corista y bailarín en el Teatro Degollado y el Teatro Principal, y por supuesto, conoció a muchos artistas de la época.


En 1926 vino de visita a Chapala con su tío Dionisio Miranda y se quedó a trabajar de peluquero en la entonces peluquería de Juan Enciso y se quedó a vivir aquí.


Apenas veinteañero, Don Chorchas se casó con Chabelita Mireles, su primera esposa y su matrimonio duró 44 años y no tuvieron hijos.
Cuando enviudó se casó con Margarita Manzo el 30 de marzo de 1966 la que le dio sus tres hijos.
La labor fotográfica de Don Jesús inició en 1938 en la playa en un Chapala muy diferente al actual, con menos gente y más turismo, menos contaminación y más agua… y menos grilla.


Entre el Malecón y el Beer Garden, Don Jesús pasaba las Semanas Santas, las vacaciones “grandes” y los puentes vacacionales retratando gente y grandes personajes; en todas las bodas y los festivales de los dos únicos kinders que había, capturó en su lente a la sociedad chapalense.


En fin de semana, algunos niños que vendían duros o dulces, entre su mercancía también ofrecían tarjetas de Chapala a color en forma de acordeón con diferentes paisajes y temas de la zona. En la tienda de don Pancho Macías (Las Casetas) vendía una colección de fotos de Chapala en blanco y negro también en forma de acordeón donde había de don Chorchas y don José Sánchez. ¿Se acuerdan?


Don Jesús, tal vez sin proponérselo creó un importante documento fotográfico de ese Chapala que todos añoran que vuelva, cuando había pocos restaurantes, casi nada de puestos ambulantes y sin los problemas que causan las grandes ciudades que crecen sin control ni organización.


Todos tenemos fotografías que Don Jesús tomó a lo largo de más de 55 años, parejas de recién casados, que ahora son troncos familiares muy importantes de Chapala; niños muy serios acompañados de sus padrinos y madrinas afuera de la parroquia de Chapala, grupos escolares con niños de guarache, humildes y a veces desnutridos que ahora son importantes empresarios, etc.


En los 470 años de la fundación de Chapala, se hizo un homenaje a su labor, 56 años de historia de gente, de paisaje, 56 años de carnavales, de desfiles, de retratos ingenuos y poses cándidas se concentraron en una medalla conmemorativa que nunca vio don Chorchas.


El hombre que trajo la primer función de cine a Chapala en 1933, el hombre que andaba con su carrito y su tocadiscos en todas las fiestas y que bailaba para amenizarlas cuando no había ambiente, el único hombre de Chapala que ha tenido un reportaje especial en televisión por su obra, el hombre que duró semanas enteras postrado en su cama, enfermo y agonizante, murió sin que Chapala se diera cuenta.


Sesenta y dos personas, entre amigos, familiares y niños lo acompañaron a su tumba… este no es mito, porque yo estaba ahí.

Fuentes:
PÁGINA Que sí se lee! No 49, 1995
www.chapala.mex.tl
www.paginaquesiselee.com
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