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Antonia Velazco Llamas


“Toña la del Apa”
Por Cristina Flores

Todos en Chapala, o casi todos, conocemos a “Toña la del Apa” como una excelente costurera, como panista de hueso colorado, magnífica organizadora de certámenes de belleza y como mujer fuerte que habla directamente, sin cortapisas; pero atrás de esa apariencia de mujer enérgica, está un ser noble que ha pasado por infinidad de carencias y problemas y que sin pensarlo dos veces ha ofrecido su casa y su amor a propios y extraños.

Antonia Velazco Llamas nació en Chapala, Jalisco, sus padres fueron Amado Velazco Torres y María Llamas Barajas. Él de oficio campesino y pescador y la señora ama de casa y empleada.


El matrimonio Velazco llamas procreo diez hijos: Isabel, Antonia (otra Toña) Teresa (otra Teresa), Antonia, Teresa, Arcelia, Fernando, Leobardo, José Abel y María de la Luz (Lucero), de los cuales sobrevivieron seis, siendo Toña la cuarta en nacer y a la que le tocó, desde los ocho años, cuidar a sus hermanos.


Cuenta la señora Toña que la situación económica de su familia era muy mala, por lo que diariamente su mamá salía a trabajar a una birriería, propiedad de Don Rafael Calzada, en donde por unos pesos hacia tortillas a mano para los comensales del lugar.
Por su edad e inocencia la pequeña Toña no comprendía cómo ella, estando tan chica, tenía la responsabilidad de cuidar y darles de comer a sus hermanos, por lo que diariamente a media mañana a escondidas, se introducía a la birriería y vertía en una ollita los restos de comida que dejaban los clientes que, aunados a la porción que le daban a su mamá, alcanzaba para que ella y sus hermanos saciaran su hambre.


Muchas historias de carencias vivieron los Velazco Llamas en su hogar que estaba hecho de adobe, teja y carrizo (esquina Guerrero y López Cotilla) en donde se criaron comiendo mayormente el pescado que su papá atrapaba y que también vendían para ayudarse en la economía familiar.


Su educación primaria la hizo en la Escuela Urbana No. 48 en donde dice haber sufrido burlas y críticas de sus compañeras quienes no entendían que el olor que despedía era porque diariamente limpiaba pescado para vender.
Al graduarse a los doce años entró a trabajar a la tienda de Don Felipe Huerta en donde laboró por cinco años.
A Toña le tocó disfrutar la época dorada de los carnavales de antaño de Chapala así que aprovechaba la hora que le daban para comer para escaparse a los recibimientos en donde bailaba sin descanso con los charros y galanes de la época. Cabe resaltar que Toña era una guapa jovencita, de tez blanca y ojos claros que sobresalía de las chicas locales.


Un día el destino quiso que el agua sucia de la cubeta con la que acababa de trapear la tienda, le cayera al joven Arnulfo Cerda Arciniega, quien en esos momentos pasaba por el lugar, ya que estaba de visita en Chapala procedente de los Estados Unidos.
El fortuito incidente hizo que Arnulfo (“El Apa”) se fijara en la guapa joven de 17 años y la cortejara, a pesar de que ella tenía novio, hasta lograr que le correspondiera y en cuestión de meses fuera su esposa.

El paso siguiente fue irse a radicar a Los Ángeles en donde su Juventud, el cambio de residencia (Toña lo más lejos que había viajado era a Guadalajara), la nueva cultura y no hablar el idioma, hicieron que la recién casada cayera en profunda depresión, enfermándose de tristeza, según dijeron los médicos.
Queriendo distraerse entró a una fábrica de costura en donde a base de empeño y dedicación logró ser la asistente principal del importante diseñador Cal Cassidy quien le enseñó los secretos de la alta costura y la moda. En los diez años que duró en ese empleo tuvo la oportunidad de vestir y convivir con los actores James Coburn, Dustin Hoffman, Nancy Kwan y las modelos famosas de la época como la súper modelo Twiggy.
Una anécdota sorprendente que vivió Toña en esa época fue la del martes 4 de junio de 1968, cuando por azares del destino, saludó de mano al candidato a presidente de los Estados Unidos Robert Kennedy, una horas antes de su asesinato en el Hotel Ambassador, de Los Ángeles, California la madrugada del miércoles 5 de junio de 1968.
A los 6 años de casada tuvo a su hija Jacqueline y cuando estaba embarazada de su hija María Guadalupe se puso tan delicada (embarazo de alto riesgo) que decidieron regresar a Chapala por temor a lo que le fuera suceder. Afortunadamente su hija nació sana y a los pocos años después nació su hijo Juan José.
En Chapala siguió con su oficio de costurera con tal suerte que pronto su trabajo fue reconocido por la crema y nata de la sociedad chapalense y tapatía. Por la calidad de su trabajo vistió a las reinas del carnaval de esos años y participó como organizadora de los certámenes de belleza.
Su incursión en las campañas políticas fue en el año de 1992 con el Lic. Raúl Robles Puga y es miembro activo del PAN desde hace 20 años en los que ha trabajado en las diferentes administraciones azules hasta lograr en el trienio del ex presidente Jesús Cabrera, fuera jubilada.
Su lado humanitario ha quedado plasmado en diferentes acciones, como cuando se hizo cargo de dos niñas que deambulaban por las calles de Chapala pidiendo limosna, sin asistir a la escuela y en completo peligro. Gracias a Toña el DIF tomó cartas en el asunto, ella se hizo cargo de ellas, pudieron ir a la escuela y su caso fue monitoreado por las autoridades.
Otro de sus logros más grandes es el haberse hecho cargo de su nieto Antonio (Tony) desde que tenía unos meses de vida hasta el día de hoy que es flamante profesionista , restaurador, además de haber estudiado para historiador . Con gran orgullo expresa “a Tony lo quiero y lo considero como mi hijo ya que ha vivido conmigo toda su vida y siempre lo he apoyado en las buenas y en las malas”.
Desgraciadamente el 7 de abril de este año murió su esposo Arnulfo “El Apa” y su madre murió el 29 de junio a los 107 años de edad.
Al preguntarle que desearía para Chapala, contesta “Me gustaría que hubiera una buena escuela de teatro para los jóvenes para que se mantuvieran ocupados, también sería magnífico que tuviéramos una alberca olímpica, que hubiera clases de gimnasia olímpica, así como clases para las mujeres en donde les reforzaran su autoestima y lo mucho que valen”.
En la actualidad Toña con 75 años de edad y tres nietos sigue activa en la política demostrando que aún tenemos Toña para rato.

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