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Gentes vemos, tragedias no sabemos

Javier Raygoza Munguía

“Fueron muchos los ahogados, duraron varios días sin poder ser localizados hasta que flotaron los sacaron. Dicen que uno salió en la Isla de los Alacranes y nunca se supo su nombre”.

Cuando caminamos por las calles de Chapala nos cruzamos y saludamos a la gente, esta nos contesta y cada quien sigue su camino sin siquiera imaginarnos que en cada uno de nosotros hay historias increíbles; unas conocidas, otras desconocidas y las más… olvidadas.
Por Chapala navegaron muchos vapores y el más famoso por su tragedia fue el Libertad que naufragó un domingo 24 de marzo de 1889, (puede documentarse sobre esta historia en #mitosymitotesdechapala en Facebook de este semanario).


Dice el mito que hace muchísimos años, que en el Lago de Chapala navegaban vapores, canoas con vela que estimulaban el comercio entre los pueblos ribereños, pero había muchas vicisitudes.


El 30 de julio de 1881 a las diez de la mañana se inauguró el vapor Chapala y los padrinos fueron Manuel Capetillo y su señora Josefa Villaseñor.
Sin embargo, hay un documento de las autoridades de Chapala fechado el 17 de junio de 1899 donde se queja de que no hay líneas de navegación, “pues no hay más que un vapor en la villa de Chapala que hace dos viajes semanarios, conduciendo carga y pasajeros y tocando los atracaderos de Tuxcueca, Tizapán el Alto, Cojumatlán, La Palma y Ocotlán, siendo de la propiedad del señor Diego Moreno y con itinerario muy variable.
Hasta inicios del siglo XX, en 1903 un señor llamado Julio Lewels “manifiesta al tesorero municipal, dos botes americanos de primera clase. Además, un giro en sociedad con el señor Ernesto Paulsen de Guadalajara, de un vapor de gasolina denominado “Enriqueta” para hacer viajes y paseos en el Lago de Chapala”. Esto lo hizo el 1 de abril.


También el 1 de agosto, Mauricio Torres manifiesta al tesorero municipal, que tiene de su propiedad un bote de vapor y tres botes americanos de primera clase.


Hasta el 30 de septiembre se concede la licencia al vapor de gasolina “Enriqueta”, propiedad del señor Julio Lewels, para hacer viajes y paseos en el Lago de Chapala.


Como que en ese tiempo muchos vieron que los vapores eran negocio, pero también conllevaba peligro.
Hay un documento que dice que a las 9:30 de la noche del 16 de agosto de 1906, “Francisco Leos, Felipe Medina y J. Refugio Moreida, maquinista y timonero los dos primeros respectivamente del vapor “Fritz” llevaban leña en un bote para el mismo vapor, cuando en la punta del muelle se les llenó de agua el bote de referencia y cayeron al lago. Oportunamente, se les prestó auxilio por Lauro Esquivel y Alejandro Fernández, logrando salvar únicamente a Medina y Moreida, ahogándose el maquinista Leos. Quedan en la cárcel de esta villa Medina y Moreida a disposición del Juez de Primera Instancia, para la práctica de la averiguación correspondiente”.
Aunque hubo más naufragios, el del Vapor “Luisito” es muy interesante.


Resulta que en el año de 1926, el vapor “Luisito” casi recién estrenado hacía su viaje normal de Tuxcueca a Chapala y poco antes de llegar a la Isla de los Alacranes, más o menos a la una de la tarde, lo agarró un fuerte viento abajeño con sur que provocó un burro de agua y al tremendo impacto lo volteó.


Se cuenta que este vapor era propiedad de don Maximiliano S. Martínez, el nombre se lo puso en honor a su hijo Luis, que años más tarde fue conocido en esta región como Luisón.


Carlos Magaña apodado “La Tililinga”, trabajaba con don Maximiliano como machetero y era quien tenía bajo su responsabilidad la dirección del vapor, pero que en esta ocasión fueron sorprendidos por el viento y los esfuerzos que se hicieron para evitar el accidente no dieron resultado.
Los que saben, en ese entonces decía, que el barco era muy alto y angosto, el capacete venía cargado con unos tercios de tejamanil, siendo esto una de las principales causas que originaron la tragedia.


Entre los aproximadamente 15 pasajeros, viajaba toda la familia Delgado Oregel, pereciendo ahogados la señora Catalina Oregel y dos de sus hijas, salvándose sus hijos Rosendo y Antonio Delgado Oregel, que con el tiempo fue conocido en Chapala como “El Morrongo” y quien fue dueño años después de la cantina “El Gato Negro”. Cuando el naufragio sucedió, él tenía como seis años de edad; nació en 1920.
El mito dice que se ofreció dinero para sacar a los ahogados, su familia fue la primera en ser rescatada, su hermana la menor estaba debajo de una banca; Rosendo su hermano, andaba casi ahogado flotando y lo auxilió don Carlos Magaña, dicen que gracias a este señor sobrevivió.

“Recuerdo que me le subía a un hombre en la espalda y me decía: `bájate muchacho, porque me vas a ahogar´. Comentó alguna vez don Antonio Delgado Oregel “El Morrongo” “Traté de subirme tres veces al lomo de la lancha y las tres me bajó, por la lama que tenía, hasta que me rescataron”.
“También se ahogó un hermano de José Gómez Monráz, que era dueño de la tienda La Reguladora, decían que era muy buen nadador, pero le cayó un tercio de tejamanil en la cabeza y pereció.


“Fueron muchos los ahogados, duraron varios días sin poder ser localizados hasta que flotaron los sacaron. Un cuerpo apareció en la Isla de los Alacranes y nunca se supo su nombre”. Dicen que decía.

Como acaban de leer, conocimos gente, la saludamos, conversamos y no supimos sus tragedias personales ¿Cuántas más habrá escondidas en el pecho de muchos que con el tiempo se vuelven leyendas? ¿Qué opinan?

FUENTES
Sucesos Notables de Chapala, Armando Hermosillo Venegas
www.chapala.mex.tl
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www.paginaquesiselee.com

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