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María Elena García Pedroza – “La Cali”

Por Cristina Flores

“Los amigos son hermanos que se eligen con el corazón”.

La historia de la familia García Pedroza está muy ligada a la mía, ya que además de ser vecinos, también crecimos, jugamos y compartimos nuestra niñez y juventud.

Estoy segura que mi hermana Elena y yo convivíamos más con la familia García Pedroza y con las amigas del barrio que con nuestros primos, pues nos veíamos desde que amanecía hasta que nos íbamos a acostar; en el Chapala de los años 60s. los chiquillos podíamos jugar en la calle de noche sin supervisión ni pendiente.

Para empezar la historia de María Elena García Pedroza les platicaré que su padre fue Don Carlos García Padilla “El Cali”, quien fue carpintero, futbolista, dueño, fundador, escritor, reportero, impresor y repartidor del primer periódico que hubo en Chapala llamado “El Comentarista” y “Deportichismes”

La esposa de Don Carlos era la señora Juanita Pedroza Ponce, originaria de La Calera. Juntos tuvieron once hijos: Jesús Carlos, Carmen, María Elena, Hermila, Beto, Rosalina, Guadalupe, Sofía, Martha y Juan José. A sus hijos se les quedó el apodo de su padre.

María Elena fue la tercera hija de este matrimonio y nació el 3 de junio de 1948 en Chapala, Jalisco. Entre sus memorias Nena recuerda un episodio de su niñez que le quedó grabado para siempre.

Resulta que cuando Nena tenía ocho años, su mamá Juanita estaba tramitando sus papeles migratorios en el Consulado Americano de Guadalajara, así que muy seguido se iba en el camión muy temprano y llegaba por la tarde.

Tanto Nena como sus hermanas la esperaban en la central de autobuses, ya que invariablemente les traía virotes, dulce de camote y cajeta.

Recuerda que un día, como hubo muchos, su mamá se despidió de ellas prometiéndoles, como siempre, regresar por la tarde, pero cuál va siendo su sorpresa que esperaron hasta la llegada del último camión y su mamá no llegó. Al siguiente día volvieron a la parada del camión esperándola pero de nuevo no retornó.

Una tía se condolió de ellas y les explicó que tanto su mamá, como su papá y su hermano Chuy se habían ido a vivir a Los Estados Unidos y que quien se haría cargo de ellas en Chapala, de ahí en adelante, sería su abuelita Sofía.

Como todas las hermanas eran relativamente chicas, esa explicación no les satisfizo, así que a escondidas diariamente se iban a la parada del camión esperando la llegada de su mamá. Tuvo que pasar año y medio para que sus papás regresaran y se reunieran de nuevo con ellas; esa etapa las marcó mucho ya que se sintieron abandonadas.

Nena estudió su primaria en el Colegio Chapala. Una etapa alegre que recuerda es cuando empezaron a crecer y junto con las amigas del barrio, echaban novio con los populares músicos de la “Banda Niños Héroes”.

A los 21 años Nena se casó, después de cuatro años de noviazgo, con Gregorio Navarro, un músico con quien procreó cuatro hijos: Carlos, Armando, Arturo y María Elena. Cuando su hijo más grande había cumplido cinco años, Nena volvió a vivir otro episodio traumático en su vida, ya que buscando mejorar su economía, aunque no tenían papeles, ella y su familia emprendieron el viaje hacia la frontera Norte.

Aquí Nena quiere agradecer públicamente el gran apoyo que le brindaron Lupita y Jorge Beltrán quienes amablemente “pasaron” a sus hijos, mientras durante un mes, ella y su esposo se arriesgaban a cruzar por el cerro, con tan mala suerte que eran detenidos y deportados.

Cuenta Nena que en el último intento iban escondidos en un carro cuando los empezó a perseguir la migra. El conductor del carro que los llevaba aumentó peligrosamente la velocidad y con riesgo de volcarse intempestivamente se metió a un rancho en donde les ordenó a gritos que se escondieran; Nena desesperada se encubrió en un matorral hasta donde llegó un guardia quien al verla tan asustada, increíblemente se hizo que no la vio, salvándola de la extradición inmediata.

Afortunadamente después de ese susto llegaron con bien a California y encontraron trabajo, ella cociendo, planchando y confeccionando cortinas en algunas compañías y él como carpintero. Diez años después, por ser sus padres emigrados y por tener una hermana (Sofía) nacida en los Estados Unidos, pudieron arreglar su estatus migratorio.

Como todas las familias, los Navarro García han tenido sus altas y bajas, pero admiten que su máxima alegría y recompensa ha sido ver a sus hijos crecer, estudiar y lograr buenos trabajos. Sus hijos, aunque se criaron en California se han casado con muchachas de Chapala y son hijos amorosos y agradecidos, quienes les han dado nueve nietos y una bisnieta.

En la actualidad después de 47 años de haber emigrado, de haber pasado por una caída y por una operación delicada en sus rodillas, Nena piensa que valió la pena los sacrificios que ha sobrellevado pues valora los éxitos y avances de sus hijos y la convivencia diaria con sus hermanas, ya que la gran mayoría viven en California.

Aprovechando las fiestas de San Francisco Nena vino a Chapala en donde está gustosa de saludar a sus amigas de antaño, de reandar sus calles y de disfrutar su hermoso y añorado lago.

Personalmente me da muchísimo gusto saludarla y verla a ella como a sus hermanas, cuando se presenta la oportunidad, ya que las quiero y las aprecio mucho pues como dije al principio “Los amigos son hermanos que se eligen con el corazón”.

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